Quizás, tal vez solo, en una cierta ciudad perdida en ninguna parte de ningún mundo haya un hombre que sujetándole la mano consiga agarrar ese corazón aún empapado de aguas profundas por aquella ultima riña, quizás y solo tal vez ese gran hombre al abrir la boca , de ella salga un nuevo cielo para por la noche alumbrarla con sus estrellas infinitas y ella perdida y tan sola pueda guiarse por ellas.
Cuando esa canción que ya no suena, acallada por el llanto porque tiene miedo; cuando esa dulce melodía resurja de sus labios cual sonrisa iluminando ese gran cielo; cuando sus dedos vuelvan a rozar suavemente aquel polvoriento piano...Tal vez ya no sienta miedo.
Aquel gran hombre, y por grande me refiero a su alma y a su corazón noble, aquel gran hombre que le recuerde como es amar sin miedo pues el engaño jamás llamará a su puerta y su noble corazón jamás la defraude.
No volverá a temblar pues no volverá a sentir temor alguno.
Quizás mientras tú lees esto ese gran hombre haya viajado desde ningún lugar y le haya tendido su mano y ¿Quién renunciaría a ser feliz por siempre?
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